De toda las cosas que uno se esfuerza por entender, aquella en la que los avances son más magros (retrocesos incluidos), es el amor sensual. Después de mucho leer, ver y escuchar y algo practicar,el amor que tiene esa componente de atracción -digámoslo por defecto: el amor que no es amistad, que no es familiar y que tampoco es universal- se me sigue escapando al entendimiento. ¿Por qué se aman las parejas? ¿Qué hace que algunas sigan juntas, y otras se disuelvan? ¿Cuál es la clave de que el amor entre dos que no tiene cadenas de sangre pero que no se conforma con la afinidad propia de los amigos perdure? No lo tengo demasiado claro.
Aparte de que el tema sea apasionante en sí, me toca muy de cerca, y no sólo por llevar casi dieciocho -extraordinarios- años a la vera de mi costillita. Para empezar, la susodicha se dedica a ello, a la terapia familiar. Para seguir, nuestros padres están ambos -los cuatro pues- divorciados, algunos de ellos comparten ahora empeño con otros que idem, y en general, la pareja que perdura parece ser muy rara avis en derredor nuestra, y no digamos a nivel general. La cosa del amor en pareja anda de muy capa caída. ¿Por qué?
Hay quien piensa que el amor de pareja es una suerte de amistad sexuada. Así es que, como escribía Cicerón en su De amicitia, el amor sería una comunidad de pareceres, de gusto, de todo en suma. Nunca me ha cuadrado esa versión.
Otra teoría muy progre allá por los ochenta y que como todo lo de los ochenta aún colea es que una pareja no es más que un equipo bien avenido. Una especie de eficiencia con encanto. Tampoco me lo he tragado nunca, y de hecho he visto naufragar a alguna que otra pareja sesuda, aparentemente muy estructurada y organizada, pero a la que terminó faltando algo, sin saber yo muy bien que fuera (y al parecer tampoco ellos).
Luego está el amor fou, el yo-lo-que-quiero-es-alguien-dispuesto-siempre-a-morir-por-mi. Espectacular y crujiente, sobre todo en según qué extremos. Da un montón de disgustos y aunque rara vez termina del todo, suele proporcionar sufrimiento a raudales.
Supongo que hay un millón más de tipos; de todas formas, no me gusta demasiado hacer la taxonomía de las personas como si de insectos se tratase. La cuestión de la clave, del núcleo que posibilita la perdurabilidad del amor a dos bandas, sigue abierta.
Con todo, allá va mi tentativa (muy dudosa insisto) sobre qué hace que dos personas se sigan amando a lo largo de mucho tiempo.
Primero, ausencia de egoísmo. Las personas que piensan mucho en sí mismas lo llevan crudo para compartir vida con otra persona. Es, por supuesto, cuestión de grados, porque todos tenemos nuestra porción de narcisismo, que probablemente nos salva de otras calamidades.
Segundo, calidez. La emoción es un elemento indispensable, y no hay plan de vida, por conveniente que parezca, que perviva sin aquella.
Tercero, madurez. la capacidad de estar sólo, paradójicamente. Creo que las personas que se estrictamente se necesitan difícilmente aguantan mucho juntas (aunque no sé explicar ni medio bien por qué).
Y cuarto. Saint-Exupéry, que por cierto fracasó estrepitosamente en estas lides, pues fue un mujeriego más bien cabroncete que hizo sufrir y bastante a su mujer, tuvo su punto también cuando dijo que el amor no era mirarse el uno al otro, sino ambos en la misma dirección. Supongo que eso quiere decir que también tiene que haber una cierta filosofía de vida en común, una forma de entender la vida parecida en lo básico.
Curiosamente, lo de menos parecen ser los gustos y las aficiones, y probablemente, dentro de unos límites de respetarse a uno mismo, el físico. Es justo mi caso con mi Nuria, con la que comparto pocas aficiones y gustos, y a la que sin embargo quiero más que a mi vida. Eso sí, también es una mujer que te quita el hipo con sus hechuras y su hermoso rostro. pero digamos que es un añadido...(pero ¡vaya añadido!)
En resumidas cuentas, y paradójicamente, my -muy tentativa y dudosa- teoría sobre el amor entre dos es que depende sobre todo de como sean el 1 y el otro 1. ¿Y la química? Por supuesto. Pero sospecho que cada uno de nosotros podría conectar hormonalmente con no menos del 10% de la población disponible, pero que funcione es ante todo una función de la capacidad de amar de uno, y del que/la que a cada uno o una le toque.
Apasionante el tema de ¿ porque duran las parejas? Voy a dar unas ideas...
ResponderEliminarCiertamente habria que darle muchas vueltas al tema porque como se dice, cada pareja es un mundo.
He llegado a escuchar algo muy gracioso pero muy triste: " todos los dias tengo 9 motivos para separarme de mi marido, pero no lo hago porque tengo otros 10 motivos para no hacerlo".
Estoy de acuerdo en lo basico que comentas, y especialmente en el tema de la madurez; hay demasiado inmadurez que genera que se quiera cambiar....
Tambien esta la cuestion de la novedad, la chica o el chico que llegan nuevos y generan atraccion.
Cuanto mas tiempo pasa me doy cuenta de cuan relativo es el tema fisico. (Muy importante al principio pero que pierde fuerza).
Como resumen yo diria:
1. Para que funcione una pareja primero ambas personas tienen que estar estables en el sentido de "sanas".
Muchas parejas que se quieren rompen por el mal momento de uno de los dos. (Crisis personales pasajeras o no pasajeras).
2. Madurez en el amplio sentido de la palabra. Tener claro lo que quiero.
3. Realidad. Ser conscientes de que la vida es mas compleja de lo que querriamos pero mas sencilla de lo que pensamos.
No esperar mas de la pareja de lo que esta nos da.
4. Fisica o quimica.
Creo que es imporantisima pero tampoco buscar en el ella la panacea de la vida. A lo largo de los años no se puede tener el mismo grado de atraccion, eso si, se tiene un mayor grado de conexion que es lo mas hermoso.
(Cuando dos personas entre varios, o entre varios cientos tienen un lenguaje que solo ellos entienden).
5.Suerte.
La mayoria de creyentes o una amplia mayoria dicen que la suerte es algo asi como (no recuerdo bien exactamente) lo que los no creyentes dicen de la actuacion de Dios.
Yo creo que la suerte sin intervencion divina existe porque aunque en muchos casos entiendo que Dios interviene, en otros casos entiendo que no.
Y a esos ingredientes que he unido echarle mucha ternura para que los roces y los momentos dificiles se puedan sobrellevar.
Un tema apasionante del que se ha hablado y escrito muchísimo. Uno de LOS TEMAS. Yo, como casi siempre, estoy de acuerdo contigo, David, que eres mu sensato y mu listo. Me uno sobre todo al ingrediente de realidad que añade Raúl, muy sensato también, y aporto mi granito de arena: una pareja dura más si comparte el mismo sentido del humor. Importantísimo.
ResponderEliminarBesos, corazón!
Pues un olvido imperdonable, sweet Lu, sí señor: el sentido del humor. Puede que no haya persona cálida y madura que además tenga sentido del humor, ... pero quién sabe si primero es la gallina o el huevo.
ResponderEliminarDe todas maneras, aprovecho para insistir en que yo cada día noto que amo más (¡y afortunadamente, sister, me río más con mi Nuria!) a la vez que entiendo menos de qué va la vaina. Y el que me conoce sabe que me revienta no entenderlo. Aunque de esto también me voy curando -de tratar de entenderlo todo, digo.
Besos
vaya tela!!! el sentido del humor, ciertamente un error imperdonable!!!
ResponderEliminartienes toda la razon Lu, el sentido del humor....
a veces cuando se pone a pensar en serio se olvida del humor y al final todo es ridiculo sin el sentido del humor..