Las vueltas que da la vida, querubín. Para nosotros los occidentales viniste al mundo en Grecia, si es que es posible señalar un punto en el que nacen los mitos, así, de una vez. Allá te trataron a cuerpo de rey, aunque sospecho que no te tomaban muy en serio. Entonces te llamabas Eros, y hasta Sócrates, Alcibíades y Fedro se peleaban por definirte con tino. De todas formas, la partida de nacimiento donde pone "Cupido, dios del amor erótico y de la belleza" te la dieron en Roma, según reza el libro de familia de tus progenitores. Venus y Mercurio, menudos padres; cualquiera te echa la culpa de tus desmanes. Hoy todos los psicólogos te eximirían de tus fechorías -"un hogar desestructurado", dirían. Y tendrían razón.
Pero lo que hoy toca no es precisamente un panegírico de tus virtudes y de los placeres que has ofrecido desde que el mundo es mundo. Todo lo contrario: hoy estoy contra ti, en plan denuncia. Voy a ver si te arranco la poca ropa que te queda para demostrar que, necesario como eres, cuando te extralimitas te pones cargante y arruinas la cosa del amor. Que a mi me importa bastante, para qué negarlo. Voy a contarle al que quiera escucharlo que debajo de esas carnes tan rosadas y mulliditas y esos rubios ricitos ensortijados se esconden el corazón de un tirano y el número de la bestia. Y voy a proponer que se te de boleto sin prisa pero sin pausa tan pronto hayas cumplido con tu cometido. Que te cuesta darte el piro cuando ya sobras, majo.
Me parece que una de las cosas más importantes que procede aprender en la vida es la diferencia entre el enamoramiento y el amor. De hecho, los responsables de marketing del mundo entero y los pavos y pavas que componen baladas lo tienen muy claro - el enamoramiento es chachi, y el amor, un soberano coñazo. Solo que nos confunden ladinamente llamándo al primero amor. La cosa que se canta y se exalta, esa con la que se venden perfumes y rosas y bolsos de diseñadoras con nombre de portera (léase la Puri García), remite no obstante más que nada a la vieja queja de Groucho, planteada en forma de pregunta:
"¿Por qué lo llaman amor si quieren decir sexo?"
Porque es un hecho ya científicamente contrastado que el enamoramiento es cosa de hormonas, fluidos y poco más. A nuestra generación le ha sido concedido el dudoso privilegio de descubrir que Cupido no es una angelito, sino un pastillero. Un peligroso camello con piel de cordero. El que mejor (más fascinante) lo explicaba era el infatuado Al Pacino, el terrorífico y a la vez ultra-atractivo Pacino/Satán del "Abogado del diablo": bioquímicamente, el enamoramiento no es distinto de pegarse un atracón de chocolate. Pura química, tío.
Así las cosas, me parece asunto lamentable celebrarle al terrorista este de las emociones cada 14 de febrero. Este tipo con cara de ángel va por ahí haciendo estragos, y después de clavar la flecha va y se pega el bote y deja a muchos echos unos zorros. Quiebra amores que funcionan, aunque sufran tensiones (no hay amor sin crisis), confunde al personal en bárbara proporción conforme lindan la cuarentena, y nos hace decir cosas estúpidas como "chati", "cuchi-cuchi" o epítetos aún peores. Por si fuera poco, es el GRAN PATROCINADOR MUNDIAL DE LA MENTIRA.
Lamentablemente, no hemos inventado una manera mejor de crear uniones satisfactorias. Llevamos la biología por castigo, y unmillón de años de homínida evolución no pasa en balde. Pero no nos escudemos siempre detrás de las celulitas -la próxima vez que Cupido te juegue una mala pasada, después de dejarte quere un poco si te place, y después, corazón en mente, mándale a freír espárragos si un amor de veras, generoso y maduro, te espera.
Hola. como bien sabras estoy plenamente de acuerdo contigo en esa basica y sin embargo en demasiadas ocasiones desconocida distincion.
ResponderEliminarSuele decir mucha gente que cuando el matrimonio ha cumplicado unos años (algunos 3, otros 10, lo mas optimistas 15) que pasado ese tiempo ya no se quiere igual, no es lo mismo.
Habria que decirles a esa panda que el enamoramiento dura un tiempo prudencial que evite que entremos en un manicomio, y que el amor si es amor de verdad puede no morir.(si se cuida regando...).
Pero quizas como bien se deduce de lo escrito, a la sociedad le interese el enamoramiento porque en ese periodo de " atontamiento " te pueden colocar desde una ridicula caja de bombones ,hasta unos calzoncillos de corazoncitos....
Algunas personas tratan de vivir en un eterno enamoramiento para lo cual sus parejas le duran menos de dos años, tiempo estimado de enfriamiento del enamoramiento...
Que desgraciados, que ilusos, ¿ porque lo llaman dejar de amar cuando se trata de dejar de estar en permanente enamoramiento?
Hace poco un amigo me decia que su matrimonio no es lo mismo que ya no tiene la pasion, que ya no se... y creo que al final queria la misma quimica que cuando empezo....
Habria que decir:
1. que es imposible.
2. que la quimica hay que cuidarla como las cosas grandes de la vida.
un abrazo...
Pues eso: adicciones al fin y al cabo. Adicciones que han producido hermosísima música, poesía... dan ganas de ser indulgentes con ellas. Pero hay que señalarlas, para no confundirse.
ResponderEliminarYo llevo 18 años con la mía, y la quiero más que nunca. Y casi ni echo de menos el carrusel, la falta de ganas de comer, el impulso sexual irrefrenable (ahora es igual el deseo, sólo que ya es refrenable :D)...
Claro que yo soy filósofo y por lo tanto un bicho raro
Un abrazo
Cuando uno moceaba uuuuuu era mu de poemitas, guitarrita,citas por sorpresa, reuniones a la luz de la luna, ramitos de flores... hasta que una me dijo que eso eran gilipolleces y que amar de verdad era otra cosa; que me fuese desaciendo de toda esa parafernalia si quería cuentos con ella, y aunque "parezca" énfriar una relación, y perder esa tonteria del atontamiento que regala el flechero, le hice caso, y todavía el hielo me está quemando.Cuidao con los calores del verano, son mu propios para el atontamiento.
ResponderEliminarPor lo que sé, aquella moza pescó de lo mejorcito que había en el río.
ResponderEliminar¡Un abrazo!