domingo, 14 de noviembre de 2010

La sonrisa de Zapatero

El pasado viernes la volvía a ver. En un atractivo programa que repasaba las que (supuestamente) eran las imágenes de la década, retomaron los debates políticas de las últimas elecciones. Pincharon un poco al bueno de Mariano con el asunto de la niña (enorme error de cálculo, espero que despidiera a sus asesores), y luego me ofrecieron la moviola de aquel "Buenas noches, y buena suerte" con el que ZP cerró su intervención. Una frase aderezada con una sonrisa que, de puro excesiva y calculada, resultaba obscena.

Y entonces me he acordado de los que farfullaban lamentándose sobre el hecho de que quizás entonces una parte importante de los españoles se decantaron simplemente por el candidato más fotogénico, más atractivo. Porque yo no creo que ese 10% que se decidió por criterios estéticos u hormonales constituya el verdadero escándalo. Para mi lo peor sigue siendo ese 80% que siempre vota lo mismo. Esa monstruosa mayoría que te dice, sin inmutarse: en mi casa es que somos del PP, o del PSOE. Como quien es del Betis o de la Esperanza Macarena.

Mientras esto siga siendo así - mientras seamos "adscriptivamente" políticos, y no "racionalmente" políticos, nada bueno cabe esperar. Simplemente, seguiremos promoviendo la mediocridad, la corrupción y el idiotismo (del griego idiotés - algo así como "el que pasa de la política", que para los griegos era pasar de la comunidad). Y seguiremos escuchando, por aquí y por allá, estupideces tan altisonantes como la de Artur Mas, quiene concebía una posible victoria de Convergencia en las elecciones catalanas y del Barça contra el Madrid como un gozoso "doblete". Recordando, al que tenga orejas para escuchar, que la política y el fútbol se han convertido en asuntos que se deciden de forma muy parecida - a base de seguidores, en lugar de críticos.

No es de extrañar entonces que cuando al día siguiente me entrevistaran por teléfono para una encuesta sobre gestión municipal la empleada de turno se quedara varias veces encasquillada cuando le dije que mi ideología era mayormente de izquierdas (con mucha buena voluntad por mi parte sobre lo que ella interpretase como tal), pero que había votado al actual alcalde del PP. Que mis inquietudes respecto de mi municipio eran más bien sociales, pero que pensaba votarle otra vez.

Creo que si le cuento que en el pasado he votado a Felipe González, Aznar, Anguita, Zapatero y Rosa Díez directamente me cuelga.

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