De esto me acordaba yo el otro día al terminar una incursión entresemanal en Ikea - cuando, derrengado y fuera de hora para cumplir con mis obligaciones culinarias, termine por rendirme junto a la family a los encantos de la Ikea Food (que suena como un bocadillo de mueble, y no sabe mucho mejor). O sea -me decía a mi mismo, haciendo un poco de filosofía-ficción-, ¿cómo se las gastaría el maestro en Ikea? ¿Cómo reaccionaría ante el reclamo de la lámpara Böja (que suena a ERE) o la estantería Billy? ¿Podría escapar sin adquirir unos cuantos Klistrig (mantel individual, 1,99 €), podría acaso resistirse a la Bellinge (alfombra tipo-Ágata-Ruiz-de-la-Prada, 13,50), superaría la tentación de arramplar con los aplicadores Husvik, a 32,95 la unidad? Porque una cosa es hacerse el chulito-asceta en el siglo V a.C. y otra muy distinta tener el temple de surcar tal marea de cosas útiles al tiempo que hábilmente diseñadas sin picar por aquí y acullá, disponibles para regocijo del urbanita algo pelado de pasta del siglo XXI.
Apuesto a que habría resistido. No era un Diógenes de la vida - éste, suelto por la sección de jardinería, puedes estar seguro de que se te mearía en las macetas (por ejemplo en el Skörd, macetero, 29,95). Sócrates no era un héroe - acaso fue uno de los hombres más humanos que haya existido, en el sentido más amplio del término. Pero lo cierto es que todo lo puso por detrás de su humanidad - la fama, el dinero, el sexo, todo quedaba para él por detrás de interesarse por lo humano, hacer el bien y sobre todo compartir lo poco que, según él, sabía. Si le hubieras dado un poco de ese salmón sueco que despachan sobre tostas suecas, sin duda lo habría comido. Si le hubieras ofrecido algo de beber, lo hubiera aceptado también. Pero si esperabas que fuese a pagar por ello, a comprometer siquyiera una micra su libertad por tener o gustar de esto o aquello, estás listo.
El maestro decía también que las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes. A mi me dieron cuatro vales para tapas suecas (que merecen capítulo aparte), y hociqué. ¡Qué débil es la carne y qué lejos queda el maestro!
Apuesto a que habría resistido. No era un Diógenes de la vida - éste, suelto por la sección de jardinería, puedes estar seguro de que se te mearía en las macetas (por ejemplo en el Skörd, macetero, 29,95). Sócrates no era un héroe - acaso fue uno de los hombres más humanos que haya existido, en el sentido más amplio del término. Pero lo cierto es que todo lo puso por detrás de su humanidad - la fama, el dinero, el sexo, todo quedaba para él por detrás de interesarse por lo humano, hacer el bien y sobre todo compartir lo poco que, según él, sabía. Si le hubieras dado un poco de ese salmón sueco que despachan sobre tostas suecas, sin duda lo habría comido. Si le hubieras ofrecido algo de beber, lo hubiera aceptado también. Pero si esperabas que fuese a pagar por ello, a comprometer siquyiera una micra su libertad por tener o gustar de esto o aquello, estás listo.
El maestro decía también que las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes. A mi me dieron cuatro vales para tapas suecas (que merecen capítulo aparte), y hociqué. ¡Qué débil es la carne y qué lejos queda el maestro!
Entrar en Ikea es un autentico peligro. Entrar en ese templo de la " utilidad " economica y poder quitarse de un plumazo tantos problemas. (cintas desperdigadas, enchufes que no funcionan, trapos antiguos..). Solo un autentico alma libre puede evitar caer en la tentacion. O alguien sin piso, pues sino lo creo imposible.
ResponderEliminarEso si, veo que eres inteligente y vas a la hora a la que hay que ir, entresemana e imagino a mediodia...
Nunca he intentado ir un sabado a Ikea, pero se como se pone porque suelo ir a las playas de Huelva. Deberian haber construido una carretera especial y unica para ir a Ikea, nos evitariamos muchos problemas.
un abrazo
Te imaginas a alguien diciendo en IKEA que le fascina saber que existen tantas cosas que no necesita y salir de la tienda habiendo comprado justo lo que iba a buscar?Ese sería el alma libre de Raul.
ResponderEliminarEs que es difícil, muy difícil resistirse a lo sueco
ResponderEliminarAbrazos
Lo que es dificil resistirse realmente es a las suecas. jejejeje. Un saludo. PPGG.
ResponderEliminar