martes, 13 de abril de 2010

El tonto del mes

Los que me conocen saben que no gusto en absoluto de las descalificaciones. Soy un tipo tranquilo; lucho desde que rompe el alba hasta que me vence el sueño -siempre a la fuerza pero siempre me vence- por afrontar la vida desde su mejor cara, por ganarle terreno a la soberbia y la vanidad propias, y por lo tanto, en contadísimas ocasiones me meto con nadie. Vaya: que bastante tengo con lo mío y que quién soy yo paraafearle el gesto a este o aquel.


Pero todo esta terapia que me aplico ("filosofía") no me da para confundir des-calificación con calificación. Pues me parece que llamar a las cosas por su nombre no puede considerarse en ningún caso como una falta de intolerancia. Al menos mientras la injusticia, la maldad y la tontería existan.

Y vaya si existen.
Pero investiguemos un poco de lo que estamos hablando cuando hablamos de tontos. Para clarificar de partida los términos nada mejor que acudir al DRAE:

tonto, ta.

(De or. expr.).

1. adj. Falto o escaso de entendimiento o razón.

O sea, que hay gente que es tonta, y no es insulto recordarlo, más bien lo contrario, insulta y degrada la inteligencia general no señalar la tontería. Esto enlaza muy bien con lo que largaba la semana pasada a propósito de Bibí Aído (un caso de libro), y del impagable rol social que cumple el Tío de la Vara. La salud mental de una sociedad se mide, en buena manera, por su capacidad para detectar la tontería, darle relieve mediático y después depurarla. Si la comunidad en cuestión funciona fetén, basta con poner al tontaco de turno en un pedestal para que repita sus exabruptos y con eso se obtiene una cierta curación o vacuna para la gente de bien, a la par que la experiencia funciona como ejemplo para niños, adolescentes y otros educandos. Es una magia magnífica.

Pero claro, me diréis: cómo detectar la tontería, y aún más difícil, como ponernos de acuerdo sobre ella. Porque lo que a ti te parece, David, una pamplina ridícula y punible (siempre dialécticamente hablando), acaso al de allá le parezca una genialidad, y al de este otro lado, cosa discutible. Concedida la dificultad. Pero tengo una regla que ofrecer: la llamo la regla de Forrest, por mi compadre Forrest Gump aquí adjunto. Forrest, que no tenía un pelo de tonto, aclaraba, a todo aquel que quisiera compartir con él sus bombones, que, según le decía su madre, "tonto es el que hace tonterías". Limpio y cristalino como un afilado cristal.

Puestas así las cosas, acaso no sea mala idea instituir un premio al tonto del mes, en estos o en otros lares. A falta de traer a semejante sección jugosas sugerencias como las de mi amigo José Manuel acerca de Evo Morales o Leire Pajín, vayamos con el feliz primer premiado: monseñor Tarsicio Bertone. Esta es la última perla de este eminente miembro de la "inteligentsia" vaticana.
Como quiera que la tontería es muy contagiosa, ya le han salido palmeros, con la esperanza, supongo, de futuras prebendas en la ciudad de San Pedro.

Ahora no sé quién lo dijo; pero dio en el clavo: un tonto es cien veces peor que un malo. Y ello porque el malo descansa, al menos de vez en cuando; pero un tonto, queridos amigos, y aún peor un tonto ilustrado… ese no descansa nunca.
Nótese que estoy siendo extraordinariamente benevolente con don Tarsicio. No me he parado a valorar lo inmoral de su sugerencia, ni a puntuar la catadura de su tirar-la-pìedra-y-esconder-la-mano. O a las consecuencias que pudiera tener poner en el punto de mira al colectivo homosexual de modo que a lo mejor,un padre de hijo violado, que no puede meterle mano al cura infractor (pues su diócesis acaso le hizo la de "nada por aquí, nada por allá"), quizás le de por interpretar que le aliviaría liarse a mamporros con el responsable subsidiario (un sarasa de su barrio). Podría haberle dicho, en suma, muchas cosas aparte de tonto, y no lo he hecho. Es mi homenaje particular a mis amigos cristianos que aún se sienten representados por gente como Tarsicio y que, no siendo ninguno tonto, deben de estar sufriendo por semejante dislate. De hecho, algún compañero honrado, como el Arzobispo de Toledo, ya ha dicho que nones, demostrando que la SMI no es en sí unas institución tonta, aunque albergue, como todas, sus tontos de turno.
Hay, por lo menos, otra lección que extraer: un tonto puede serlo hasta con la más esmerada de las educaciones formales a cuestas. Yo, personalmente, me he topado con algún tonto con sendas carreras y algunos másteres en el zurrón. Don Bertone también tiene sus licenciaturas y doctorados, pero ya véis para qué le han servido. Y también ha pasado por la Congregación para la doctrina de la fe (antes la Sagrada Inquisición para los amigos), donde también te salen los libros por las orejas. Porque no es cuestión de erudición o de estudio, sino de honestidad, y para eso bastan las bibliotecas públicas, y si me apuran, ni eso, que con saber escuchar a según qué gente y a forjarse el juicio propio puede bastar.



Lo que ocurre es que algunas tonterías, espurreadas con una desvergüenza intelectual que se autocalifica ("algunos psiquiatras han demostrado..."; así, sin citar fuentes, y se queda tan ancho) resultan tan dolorosas y dañinas para un colectivo que sólo se distingue por tener una manera minoritaria de enfocar la sexualidad que servidor, por ahí no pasa.
A mi me da mucha pena por la gente de bien, que es mucha, y muy lista, que -todavía- se siente representada por estos personajes. Que sufren, en su fuero interno, por no poder gritarles a la cara a estos portavoces, que repitan en voz muy alta, todas a una, con cierta frecuencia, y a todo el mundo, una sola cosa, por cuanto toca a la pederastia eclesiástica:

PERDÓN
-PERDÓN-PERDÓN-PERDÓN....

Y luego, con garantías:

"no dejaremos que IMPUNEMENTE vuelva a ocurrir otra vez"

El problema es que sólo hay una cosa más difícil que conseguir que un tonto se calle.

Y es que rectifique.


PD. Termino la entrada después de leerle a mi hijo unas páginas de "El Reino de la Fantasía" de Gerónimo Stilton. Son esos libros que huelen (os lo juro). En el capítulo titulado "Los caballeros sin corazón" se habla de unos lúgubres señores apostados tras unas herrumbrosas armaduras que vagan por el Reino como almas sin pena porque "olvidaron su cometido: defender a los débiles".
Pues eso (Buenas noches)

7 comentarios:

  1. Leire Pajín, más que tonta, me parece extraordinariamente previsible. Siempre que la oigo por la radio pienso que, si el periodista me diese treinta segundos antes de dejarla hablar, yo podría anticipar palabra por palabra su respuesta a cada pregunta que le hacen. Aunque es un mal común a toda una generación de políticos (los menores de 40 años, como mínimo), que no saben sino repetir el argumentario de su partido... sea éste cual sea.

    De todos modos, confieso que en la cita que enlazas no encuentro que Pajín diga ninguna estupidez mayúscula. Puede discutirse lo que dice, pero no me parece obviamente estúpido. Para tonterías de calibre, aquellas declaraciones en que decía que "Llamo la atención al próximo acontecimiento histórico que se producirá en este planeta, la coincidencia en breve en ambos lados del Atlántico de Obama y Zapatero en la presidencia de la Unión Europea". Toni Garrido, en RNE, (soy fan de Garrido, lo confieso) pasó semanas y semanas sin necesidad de buscar más material para entretener a sus oyentes :D.

    De las declaraciones de gran parte de la jerarquía de la Iglesia católica mejor no hablamos, que estoy en ese sector al que le duelen coo una patada en el estómago :(

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  2. Es que a tontería la competición está dura en las altas esferas. Y hay que ver como están las altas esferas (parecen cuadradas, si se me permite el pésime chiste).

    Un abrazo

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  3. Estos señores no dejarán nunca tranquilos a los homosexuales. No curan sus males internos y señalan con el dedo a los que no se meten con nadie. Menuda doble moral tienen algunos de estos mequetrefes. Este personaje "Tarsicio", no es tonto, es ........................... (tomo tu consejo David y dejo mi descalificación en puntos)

    PPGG

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  4. estimado David, la verdad es que desconocida las declaraciones del " eminente vaticanero ". las declaraciones le descalifican por si solas y son verdaderamente un peligro para la comunidad (si se puede o debe decir) homosexual. bastantes problemas tienen ya con la gente para que este individuo diga estas cosas.
    no obstante creo que seria importante ratificar esta declaracion y lo digo porque la fuente utilizada, el periodico(?mas bien folletin " Publico " no esta exento de odio a todo lo que huela Iglesia.
    imagino no obstante que en otros periodicos o medios serios podremos ratificar.
    me adhiero a lo que dices y lo peor, es que llamarlo tonto es lo peor.
    el gran problema que tenemos la Iglesia (yo me incluyo) es que es dificil predicar con el ejemplo haciendo las cosas bien, pero es muy facil encontrar alguien que encima eche porqueria encima.
    logicamente no me siento representado por tal individuo. tengo una postura clara en el tema de la homosexualidad de hecho tengo pendiente una respuesta, pero desde luego insinuar una minima conexion con la pederastia es de carcel.
    un abrazo

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  5. Insisto en que me da pena que paguen justos por pecadores y que lo que la jerarquía grazne termine afectando a la ekklesia, con la que yo siempre estaré porque aunque no creamos en las mismas cosas, en general combatimos los mismos males (la explotación, la violencia, la pobreza, etc.).
    Pero sí Raúl, las declaraciones son confirmadas, las he visto en telediarios y en más medios escritos. Tan es así que ya han brotado, cual amapolas de mayo, tontos subalternos en Sudamérica refrendando los rebuznos de don Tarsicio.
    Sigue luchando porque la frontera no es entre creyentes y ateos, o entre Iglesia y seglares, sino entre tontos y sabios, entre malvados y justos.

    Abrazos

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  6. La verdad es que en muchas ocasiones resulta complicado defender a la jerquia de la Iglesia, no a la Iglesia en si que somos todos los catolicos. (los que asi nos consideremos).
    Otras veces es SIMPLEMENTE IMPOSIBLE.
    Las declaraciones son a mi entender GRAVISIMAS por cuanto no se puede mezclar un delito, porque es un delito la pederastia, con una opcion sexual o una orientacion o como queramos llamarlo con independencia de que a uno le guste, lo defienda o le parezca moral.
    No puede confundirse lo moral con lo legal, y es que ademas solo el tener que decir algo y tener que dar explicaciones de que no tienen nada que ver es humillante.
    No son buenos tiempos para los catolicos, el follon montado con los pedofilos es tremendo.
    Lo peor es que puedo entender sacerdotes que no sigan los criterios, que se aparten, que campen a sus anchas y se salten el Evangelio por sus santas narices, pero eso es una cosa (todos los catolicos lo hacemos en mayor o menor medida o tenemos puntos de vista distinta) y otro tema es COMETER DELITOS!!!
    Yo asisto sobrecogido, alarmado,decepcionado ...
    Aunque si te digo la verdad, muchas veces el Evangelio es mejor en medio del combate y teniendo que saltar fronteras y dificultades, para evitar que se acomode...

    En fin...

    Por cierto, estoy reyelendo tu libro y me queda poco. En breve te mandare via email un comentario mas o menos serio. Lo otro que esta pendiente, espero poderlo hacer.

    Un abrazo.

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  7. Pues no te mortifiques: sólo los tontos confunden la velocidad y el tocino, ergo la Iglesia y la gente de bien.

    Tu re-lectura me parece pare el Nobel de la Paz, vamos (si yo tuviera mano...)

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