sábado, 25 de septiembre de 2010

Por qué NO voy a hacer huelga el próximo miércoles

La estupenda entrada de mi amiga Lu, al respecto de la huelga del 29, me ha convencido para participar en el debate. Yo no ejerceré mi derecho a la huelga, y la razón es que, puesto que no creo que se esté cometiendo injusticia alguna con las medidas aprobadas por el gobierno, no veo el motivo de echarme a la calle.
¿Hay recorte de derechos? Seguro. Aunque a estas alturas de la película me cuesta más, como a todos, distinguir derechos de privilegios, y aún más de intereses. Es por ello que me apetece explicarme, porque "la gran putada" (Toxo dixit) que aparentemente nos han hecho parece reclamar una respuesta contundente de los trabajadores, unidos y jamás vencidos, etc.
A continuación relato, para el que le interese, porque me parece que lo que se nos viene encima nos lo hemos ganado a pulso, razón por la cual no piensa mover un dedo para evitarlo en aproximadamente cuatro días.

A) Desde hace tres años a esta parte multitud de autónomos han perdido su trabajo, y casi todos los días una PYME ha cerrado sus puertas. En ese mismo periodo, ningún sindicato ha movido un dedo contra el gobierno - más bien todo lo contrario. En cuanto al resto, le ha importado más bien un huevo de pato. ¿Saben cuantos días por año trabajado cobra un autónomo que se va a la calle? Efectivamente: cero. Pero claro: un autónomo es un autoempleado, ergo un explotador en potencia (podría contratar a alguien). ¡Y qué decir del millón -ya, ay, menos- de PYMES de este país! Son explotadores no en potencia, sino en acto. Mientras todos ellos caminaban hacia las cámaras de gas del desempleo, los trabajadores del pueblo, todos nosotros, hemos tenido a bien mirar hacia otro lado. Lo cual me recuerda las tan salmodiadas desde la izquierda palabras de Bertolt Brecht: "Primero fueron a por los gitanos, pero yo no hice nada, porque no era uno de ellos. Luego...". Luego es ahora, claro.

B) Un país en el que el empresario parte de una presunción de delincuencia es un país condenado al abismo. Con las adecuadas dosis de ignorancia, adocenamiento y cobardía, se convierte en..., bueno en España. Sí señores: este es el país donde se retransmitieron partidos de fútbol en abierto porque un gobierno declaró que visionar balompié era un asunto de interés general - lo más parecido a un derecho inalienable. Este es el país en el que la princesa del pueblo se llama Belén Esteban. Este es el país con las tasas de fracaso escolar más paupérrimas del viejo continente. Este es un país donde hemos criticado tanto a nuestros patronos, donde hemos injuriado tanto a nuestro trabajo que ahora observamos patidifusos el poco interés que la chavalería tiene por ponerse a currar. Este es el país donde 10 de cada 10 escolares sabe quien es Cristiano Ronaldo - donde ninguno conoce quién puñetas en Amancio Ortega. Al fin y al cabo, Amancio Ortega es un explotador (si es millonario, ha de serlo por partida triple). Este esl país, en fin, donde 2 de cada 3 universitarios (la supuesta élite intelectual, la sal de nuestra tierra) quiere ser funcionario. Cómo será la cosa que una palabra crucial en la economía moderna, que en inglés se dice entrepreneurship, ni siquiera tiene traducción al castellano.

C) Porque nosotros, naturalmente, no vivimos para trabajar, sino que trabajamos para vivir. Dios santo, cómo detesto esa frase. Si hubiera cobrado un euro por cada vez que la he oído, ahora ya no tendría que trabajar - no tendría que soportar esa condena. Porque yo soy español, sé vivir, no soy como esos sucios chinos que descansan en su tienda sobre un catre, comen trabajando y no paran ni para mear. Que oye, tienen unos productos cojonudos que compro siempre que puedo, pues no veas que baratos son. Jodidos chinos: alguien tendrá que convencerles de que lo dejen, alguien tendrá que infectarlos con nuestro consumismo, nuestros derechos fundamentales al Canal+ y todo lo demás para que nos den un respiro.

D) Dejen que les diga algo de los chinos: nos van a barrer. Y no porque conculquen las normas laborales de la OCDE -que no digo que no lo hagan, sino que seguro que dejarán de hacerlo. No: nos van a barrer porque los chinos no se hacen pajas mentales sobre vivir trabajar o trabajar para vivir ("chel o no chel echa es la cuestión"). Ellos profesan filosofías de vida como el taoísmo o el confucianismo, que les dicen que la cosa no es lo uno ni lo otro, sino trabajar viviendo (o vivir trabajando, que es lo mismo). Y nosotros simplemente no nos hemos enterado de que mientras sigamos con un discurso de ellos (los empresarios) y nosotros (los trabajadores) no vamos a ninguna parte. Si encima "trabajadores" significa empleados por cuenta ajena dependientes de una entidad que no sea el Estado (puesto que nos ha importado una mierda cuanto aconteciera a pequeños empresarios, autónomos y funcionarios), pues no sólo andaremos descaminados, sino que también haremos el ridículo.

E) Un inciso, por si alguno se despista, sobre mi punto de vista (odio el término "ideología") político y ético: creo que a don Carlos Marx y los que le siguieron y antecedieron deberíamos hacerles una estatua en la plaza mayor de cada pueblo. Ellos lucharon en un mundo en el que los niños trabajaban 14 horas en las fábricas, donde algunos morían con tornillos en las manos, donde la seguridad social era una quimera. les debemos buena parte del mundo del que disfrutamos. Y no estoy dispuesto a renunciar a ningún derecho fundamental por el que ellos se hayan partido la cara. Pero el número de días de despido no es un derecho fundamental. De hecho, España triplica el de algunas de los países socialmente más avanzados de occidente. Concluyendo: admiro lo que el marxismo y la lucha social ha conseguido en el mundo civilizado... al tiempo que recuerdo que ya no estamos en ese mundo.

F) Se me ocurre que hay que recordar que la productividad española está entre las más bajas de la UE. Se me ocurre también, que eso se debe fundamentalmente a todo lo dicho antes - a nuestra manera de considerar al empresario, a nuestra desidia, a nuestro abotargamiento mental y moral. Porque, al fin y al cabo, aquí tenemos los mismos ordenadores y máquinas que en Alemania. Si además nuestras diminutas empresas (son esas las que sufren, no las grandes multinacionales que los sindicatos nos hacen visualizar, torticeramente) caen como moscas... ¿acaso no será una buena idea reducir sus costes? No una idea que nos guste a los empleados, claro que no. Pero quizás una idea necesaria. De hecho, barrunto que si un gobierno tan populista como el actual ha sido capaz de tirarse a esta piscina, muy mal lo ha tenido que ver. Y bien mal que está. Y aquí, viene bien recordarlo, ha participado de la infausta orgía de la construcción (de las entradas a las promociones y la venta antes de escriturar, del dinero negro, etc.) todo hijo de vecino -proletarios, sindicalistas (esos sucios cursos...), todos. Nos hemos dado la vida padre y nos hemos autoconvencido de que la vida era esto, no hacer cosas, emprender cosas de veras.

G) A eso que se llama el Sistema Económico Mundial le traen absolutamente sin cuidado nuestras quejas. Así es que se trata de renovarse o morir. Y sólo se me ocurre una solución: dejar de afrontar el problema económico que arrastramos como un ellos contra nosotros. Retomar el respeto por el trabajo, y la ilusión por hacer cosas. Rehabilitar la figura del empresario, sin dejar de controlar sus desmanes (como los de los empleados desleales y parasitarios). Y lo más difícil y perentorio: cambiar esta maliciosa cultura del subsidio y la sospecha del dinero desde las escuelas. De paso, toca obligar legislativamenet a los bancos a que arriesguen su dinero prestando en proyectos. Nótese que no he dicho "incentivar fiscalmente", sino "penalizar duramente" a los que se guarden sus dineros para los avalados y lso presidentes de megaclubes. Díganme si eso no es de izquierda que te pasas. Por las buenas o por las malas, tenemos que hacer de esste país una tierra de valientes, como lo fue en su día. Si no es de la mano de la innovación, si no apostamos por hacer cosas distintas y comercializarlas con desparpajo, no tenemos posibilidad alguna frenta a más de dos mil millones de chinos-indios-brasileños. En otros países hace tiempo que se dieron cuenta.

Termino el ladrillo. Hace unos años se recosntruyó una trirreme griega - uno de esos barquitos con la que los atenienses y los corintios, principalmente, les dieron para el pelo a los persas en Salamina, por ejemplo. Cuando se subieron 200 pollos a la nave e intentaron ponerse de acuerdo para navegar, les resultó imposible. Ni con megáfonos pudieron -los gritos no servían. Entonces, lo descubrieron. Aquellos griegos de hace dos mil quinientos años se ponían de acuerdo par surcar la mar canturreando ciertas tonadas. Canturreando.

Mientras que se siga tratando de pegar berridos, que no cuenten conmigo. Ni el 29 ni otro día. Yo me quedaré trabajando. Cuando nos decidamos a cantar, yo seré uno de los que más fuerte entonen la tonada.

5 comentarios:

  1. Querido David
    Estoy contigo en que los sindicatos sólo han sabido defender los derechos de ciertos trabajadores, precisamente los que se encuentran ahora en mejor situación. Y por eso, porque estos trabajadores encontraron hace muuuuuchos años una forma de organizarse y hacer presión frente a injusticias y explotaciones varias, han conseguido ir adquiriendo DERECHOS, de privilegios nada. Los sindicatos no han representado a los autónomos porque no nacieron para eso. La realidad social y económica ha cambiado mucho, y los sindicatos no han sabido adaptarse a la misma. Tampoco los autónomos han sabido organizarse para reivindicar otros DERECHOS, que yo creo que le corresponden, y que vendrían a equiparar su situación a la de los trabajadores por cuenta ajena. La unión hace la fuerza, la Historia no miente. Los sindicatos nacieron para lo que nacieron y, dejando a un lado por un segundo todas las críticas que podamos hacerles ahora (que en mi caso son de empezar y no parar, pero lo dejo para después de la Huelga), si echamos la vista atrás, han servido para mejorar las condiciones laborales y sociales de muchas personas. A mí también me preocupan los autónomos, por supuesto, pero esta Huelga tiene un objetivo claro: impedir la reforma laboral. ¿Que a ti las medidas te parecen bien y crees que son necesarias? Pues nada, a trabajar el día 29, claro que sí.
    A mí tampoco me gusta esa equiparación del empresario con el lado oscuro: la actividad emprendedora debería estar mejor vista. Yo critico a los capitalistas, no a los empresarios. Me explico: una persona o grupo de personas que decide emprender una actividad económica que genera empleo (aunque sólo sea el suyo), que dinamiza el tejido social y económico de su entorno, que ofrece un producto o servicio necesario y útil para la sociedad, sin contaminar y sin putear, me merece el más absoluto de los respetos. Esa actividad hay que fomentarla y mimarla. Pero cuando una persona o grupo de personas se unen para jugar al monopoly con el dinero de los demás, o utilizan su poderío económico para especular aquí y allá sin generar ni empleo ni bienestar, sólo para acumular más riqueza, deslocalizando sus empresas para aprovecharse de los recursos naturales y humanos de aquellos países con una legislación más laxa, etc., etc., etc., eso no me gusta, no creo que deba fomentarse ni mimarse, sino más bien castigarse.
    Me ha gustado lo de canturrear, David, ojalá lo consigamos algún día TODOS. Seguro que muchas de las personas que van a secundar la Huelga canturrean en su trabajo diariamente, pero, por solidaridad y dignidad, el día 29 van a salir a la calle a pegar berridos. Yo soy de ésas.
    Besos, amor.

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  2. Ah, te dejo también un artículo de Juan Torres, no sé sí lo conoces. La primera vez que me puse en contacto con él, le dije: "Juan, yo también soy economista, pero no me lo tengas en cuenta", jajaja.
    Me gustaría que lo comentáramos si te apetece.
    http://hl33.dinaserver.com/hosting/juantorreslopez.com/jtl//index.php?option=com_content&task=view&id=1976&Itemid=16

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  3. Vale guapa, paso a comentar en tu casa, que esta de aquí a pekín (Exprés)

    Señoras y señores, un blog como Dios manda:

    http://luluonthebridge.blogspot.com/


    Besos

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  4. Corrijo, sigo aquí, he visto tu comentario

    El artículo que reseñas es brillante, y se lo recomiendo a todo el mundo. Y volvemos a estar de acuerdo, y en desacuerdo a la vez. Yo no digo que las medidas sean las mejores, ni siquiera necesarias. Este gobierno ha demostrado una y otra vez su incomptetencia, su zafiedad, su pobreza en todos los sentidos. Pero, para mi sería algo así como hablar con tu pareja porque no se acordó de tu cumpleaños... cuando en el fondo, ya no os queréis.
    El trabajador y el empresario ya no sequieren; pero lo peor es que el trabajador y su trabajo, tampoco. Se nos ha ido la mano con el estado del bienestar: ya nadie quiere arriesgar, hacer cosas. Hemos entrado en un juego peligrosísimo: hacer lo mínimo para seguir con lo otro (lo otro es nuestra VIDA), en lugar de admitir e integrar que el trabajo, y más que nada intentar cosas, son aspectos fundamentales para nuestra felicidad.
    Lo veo cada día, y muy especialmente en los más jóvenes. Aquí hemos ofrecido trabajos casi de ileurista a personas que recién terminaron módulos administrativos, con 21 años, y por 50 € más al mes se han ido a Zara a vender ropa. La gente EMPIEZA sin ilusión ninguna - la cuestión es "colocarse", no hacer algo que te llene y aporte valor.
    Entre tanto, en oriente, la gente tiene ansia de hacer cosas, de labrarse un futuro, de construir. Y a nosotros lo que nos priva es "colocarnos".
    Resumiendo una vez más: no niego que es una putada, que pagan justos por pecadores, que es innecesario. Pero si todo son €, es un castigo que nos merecemos.

    De paso, recordemos que a estos ineptos los hemos puesto nosotros. Por si se nos olvida en unos meses, digo.

    Todo lo que comento se eleva a la trigésima potencia -a la nausea- en nuestra despedazada Andalucía, tierra de trabajo negro a manta, capital del chanchullo y del compadreo.

    En el fondo, creo que ha llegado un punto en el que me avergüenza mi país en muchas cosas, así es que esta mierda de medidas son una especie de autopunición que ni me parece bien ni me contenta, pero de alguna oscura forma me alivia...

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  5. Hola, David. Llego tarde, muy tarde (la tiranía del facebook, que últimamente me hace descuidar muchos blogs que solía leer), y ni siquiera es que pueda decir nada interesante.

    Yo sí hice huelga, e incluso me indigné contra la condescendencia paternalista de mi empresa, que decidió no tenérmelo en cuenta (http://www.levante-emv.com/economia/2010/09/30/profesores-universitat-secundan-paro-sufren-descuentos/743389.html).

    Pero lo cierto es que cinco días antes de la huelga aún no sabía si iba a hacerla, porque me parece que el discurso sindical, si tuviera un nivel más bajo, sería ya subterráneo. Por eso cinco días antes de la huelga asistí a una mesa redonda organizada por una asociación de vecinos, para que me ayudara a decidir. Y saqué dos conclusiones:

    1. Haría huelga el día 29, pero por razones más 'negativas' que 'positivas'. Esto es (y concuerdo aquí más con tu amiga que contigo), porque sentí que, una vez convocada, una huelga general no podía fracasar estrepitosamente. Un fracaso estrepitoso sería dar carta blanca a quienes han decidido que una crisis fundamentalmente financiera ha de resolverse mediante recortes de gasto social. Y también a un gobierno cuya política económica (y no sólo económica) no puede ser más errática. De alguna manera hay que manifestar la censura y la exasperación, aunque sea de tanto en tanto.

    2. Confirmé mi impresión sobre el nivel casi subterráneo del discurso sindical. Los ponentes invitados a la mesa eran representantes sindicales, y su discurso fue torpe, limitado y miope. Pero las tornas cambiaron cuando empezó a hablar el público (los miembros de la asociación de vecinos convocante): el nivel del público (con estudios o no, sindicalistas históricos o críticos con los sindicatos, amas de casa o antiguos militantes de todo tipo de causas) superaba con mucho al de los ponentes en sensibilidad política y social, en sentido común, en sutileza analítica. No puedo estar de acuerdo contigo en la condena (a mi parecer tópica) a 'este país', David. Con frecuencia me parece que este país sufre de una alarmante falta de cultura política (más que de cultura laboral o de ética del esfuerzo), pero hay veces que no puedo evitar pensar que lo mejor que tiene este país son sus ciudadanos de a pie.

    Y no, no hice la huelga de funcionarios de antes del verano. Me hubiera muerto de vergüenza.

    Besos.

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