
Como le dice Daniel a su madre -refiriéndose a ella: son la monda.
Daniel: Ya sé como te mataré. Enamorándote.
Claudia: Enamorando no se puede matar.
Daniel: ¡Sí que se puede! Te diré que te amo, pero, en verdad, no te querré. Y entonces se te romperá el corazón. Con el corazón roto sangrarás y morirás.
Claudia: ¡Eso no es así!
Claudia: Daniel, eres patético. Y además malo.
Daniel: (sonriendo aviesamente) ¿En qué quedamos? ¿Soy malo o soy patético?
Daniel: ¡Mamá, no encuentro mi juguete!
Mamá: Pues lo dejaste en la cocina, allí estará, hijo.
(Sigue un lapso de 23 segundos)
Daniel: Mamá, te lo digo de verdad que no lo encuentro
Claudia mira a su madre, pone los ojos en blancos, y le dice:
Claudia: Digno hijo de su padre.
Claudia: Papá, ¿dónde está el cerebro?
Papá: (señalando con el índice) Hay dentro, en tu cabecita. Debajo de unos huesos...
Claudia: ¿Y la mente Papá, dónde está?
Papá: Pues hija, hay mucha gente estudiándolo pero aún no han dado con...
Claudia: Bueno, ya, pero ¿qué es la mente?
Daniel: ¡Pongamos una película de disparos!
Claudia: No me gustan las películas de disparos.
Daniel: Sí, tu eres más bien de la belleza
Claudia: ¡Sí, de belleza interior.
Claudia: Me necanta este yogurt desnatado.
Daniel: ¿Desnatado? ¿Eso qué significa?
Claudia: Pues que no te engorda nada, que es muy ligero.
Daniel: ¿Y el petit-suisse sí que engorda?
Claudia: (Impacientándose! ¿Pues claro, Daniel!
Daniel: ¿Cuánto?
Claudia: (Mirada condescendiente) Pues 2 el etit-suisse tiene dos, y este tiene cero.
Daniel: (Temiendo parecer estúpido) ¿Pero dos qué?
Claudia: (Ojos en blanco, defnitivamente irritada) ¡Ay, Daniel! ¿Pues qué va a ser? Dos kilómetros.
Madre e hija otean el orizonte: el Atlántico espumea, brioso, erizado de olas por todas partes.
Claudia: ¿Sabés qué, mamá?
Nuria: Dime
Claudia: Que alguien se ha pasado con el gel esta mañana.
La verdad es que leyendo las conversaciones te lo pasaras genial...
ResponderEliminarlos niños han salido salaos y espabilaos!!!
Son un punto
ResponderEliminarUn abrazo