
Tengo un montón de proyectos profesionales y personales (tanto monta, monta tanto) a las puertas. Todos requieren de un poc más de atención. Luego está Víctor, mi pequeño, que ya va para cuatro meses y requiere (merece) mucha atención. Aunque la madre es la que está sacando de verdad la criatura adelante, toca dormir menos, trabajar más, y ello conlleva subir menos a la buhardilla desde la que ahora tecleo. Por lo demás, les estoy volviendo a coger un poco de tiña a los ordenatas, por la cosa de que me paso demasiados horas mirándoles el careto. Quiero salir, disfrutar, leer, lo que se pueda - sin pantallas de por medio.
Toca agradecer a quienes me empujaron a esta mini-aventura, a todos los que se pasaron para leerme, a los que siempre constructuivamente me criticaron, a los que participaron muy especialmente, y, en definitiva, a todos los que, más como muestra de cariño que por la calidad de los contenidos, me transmitieron su calor y sus ideas.
A todos ellos, y a los demás, muchas gracias. Volveré seguro, y si puedo, escribiendo más largo